lunes, 27 de marzo de 2017

Homenaje a Miguel Hernández

Este 28 de marzo conmemoramos en 75 aniversario del asesinato de Miguel Hernández, y como dijo Pablo Neruda; “es deber de España recordar a Miguel Hernández que desapareció en la oscuridad”. Por ello haremos un pequeño recorrido por su biografía, comentando también los aspectos literarios del momento histórico cuando los escribió. El post, para ser mi estreno, es una revisión bibliográfica con estructura biográfica. Iré subiendo poco a poco más artículos sobre el poeta.

Miguel Hernández nace en Orihuela el 30 de noviembre de 1910 en el seno de una familia humilde, alejada de la pobreza extrema que se suele señalar cuando se habla del poeta. El padre era un tratante de ganado de un gran rudeza tanto física como intelectualmente. La madre, como era costumbre en la época se encargaba de la casa y cumplía con creces la labor de mimar a su tercer retoño. Miguel Hernández estuvo escolarizado hasta los catorce años cuando su padre le sacó de estudiar para ponerle a trabajar pastoreando las cabras y repartiendo leche. Este ambiente rural, con fuerte tintes eclesiásticos influye sobre manera en los primeros conocidos del poeta:

En cuclillas, ordeño
una cabrita y un sueño
glú, glú, glú
hace la leche al caer
en el cubo (…)

A medida que el poeta crece se va rodeando de un círculo de amistades que le irán proporcionando la ayuda necesaria para que Miguel se construya literariamente de forma autodidacta. Entre esos amigos que se reúnen en la tahona Fenoll los domingos por la tarde está José Marín, alias Ramón Sijé. Fuera de las tertulias, sin lugar a dudas la figura de Luis Almarcha destaca porque invitaba a Miguel a su biblioteca para que cogiera libros. 
Conseguido cierto prestigio en su Orihuela natal, y habiendo ya publicado pastoril en el Pueblo de Orihuela, decide ampliar horizonte y marchar a buscar suerte en la capital. Con el esqueleto básico de los poemas de Perito en lunas en su cuaderno, parte a finales de 1931. El ambiente republicano, el ajetreo inundan la estancia del poeta en la capital. Se mueve de aquí para allá buscando colocación que le permita ganarse la vida, y escribir a la vez. Este primer viaje tuvo un resultado nefasto en cuanto a su objetivo de encontrar trabajo, pero literariamente le sirvió para enriquecerse literariamente.

Al regresar a Orihuela encuentra un trabajo que le permite ganar dinero y seguir escribiendo y a comienzos de 1933 publica Perito en lunas (o poliedros, como se iba a llamar originariamente). Este primer libro le supuso menor prestigio del que él creía que le iba a proporcionar llegando incluso a decepcionarse por las horas empeñadas en el trabajo. Federico García Lorca, le instó a seguir luchando y aprendiendo. Perito en lunas, con una excelente poesía clásica que poco tiene que ver con la que están haciendo los grandes nombres de 27.

Para cuando inicia su segundo intento de buscar colocación en Madrid, el poeta ya había iniciado su romance con Josefina Manresa, no obstante, parte hacia la capital, esta vez más enrarecida que cuando la visitó la otra vez. Ahora, el gobierno republicano de los socialistas ha dejado paso a la CEDA, que comienza a dar marcha atrás en todas las reformas promovidas. La intelectualidad de la época no se esconde y apoya a los partidos más progresistas. El amor rural, sencillo, casto y puro, de Josefina, en contraposición al amor carnal con Maruja Mallo, una de las mujeres bandera de la generación de oro femenina del 27, le sumerge en una revolución hormonal e ideológica.

Te me mueres de casta y sencilla;
estoy convicto, amor, estoy confeso
de que raptor intrépido de un beso,
yo te libé la flor de la mejilla

Miguel Hernández va entrando en los círculos literarios de Madrid, y sus circunstancias amorosas se reflejan en una simbología de elementos duraderos en el El rayo que no cesa, como son las huellas, puñales, rayos. La relación con Ramón Sijé se resquebrajó por la diferencia ideológica de ambos escritores, mientras Sijé derivó hacía el fascismo, Miguel giraba en sentido contrario, aunque la amistad no entiende de ideas políticas. Es por ello que dentro de este conjunto de poemas está la elegía a Ramón Sijé compuesta a propósito de la muerte de éste el 24 de diciembre de 1935. Estos versos le valieron a Miguel la admiración de Juan Ramón Jiménez:

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero
que tenemos que hablar de muchas cosas
compañero del alma, compañero.

En julio de 1936 comienza la guerra civil, y en los primeros compases, el padre de Josefina Manresa es asesinado por milicianos en Elda. A pesar de ello Miguel defiende fervientemente la causa del pueblo, que en este caso, se mantuvo fiel a la República. Miguel se alista en el Partido Comunista el 23 de septiembre junto con su cuñado, aunque probablemente el poeta nunca cogiera un libro de política, pero el Partido Comunista representaba la armada oposición más fuerte al bando sublevado. Pero realmente lo importante, es que la poesía en ese momento requería una épica, y un lirismo bélico que sirviera de arenga, y Miguel supo adaptarse a las necesidades de su causa y su cargo como comisario político, director de la revista del frente, y participante el programa de Altavoz en el frente. Por ello su poesía adquiere en Vientos del pueblo un tono combativo y optimista. El compromiso que adquirió Miguel con el pueblo le hizo pasar a ser llamado como el poeta del pueblo y ser muy querido entre la gente más llana.

Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta
muerto y veinte veces muerto
tendré apretados los dientes
y decidida la barba

A medida que la contienda avanza junto con la inexorable victoria franquista, la poesía de Miguel se vuelve más íntima y pesimistas. Influencias no solo por el devenir bélico, si no la muerte de su primer hijo, Manolillo, aunque la pareja esperaban otro que llegó a principios del 39. Estos reflejos se proyectan en el hombre acecha al hombre cuando también, entre otras cuestiones, Miguel fue designado para encabezar a la representación española en el V certamen de teatro soviético en Rusia.
Acabada la guerra y derrotado el bando republicano comienza la huída masiva de intelectuales, y Miguel buscó asilo en la embajada chilena, y en casa de diferentes amigos partidarios del nuevo régimen que comenzaba. No obtuvo ninguna respuesta positiva y decidió encaminarse a Portugal donde es detenido en la frontera por la policía portuguesa y entregado a la Guardia Civil dando comienzo a todo un via crucis penitenciario que le llevó a recorrer cárceles en Palencia, Madrid, Ocaña, Sevilla, para acabar finalmente en el reformatorio de adultos de Alicante. Literariamente es la época del cancionero y romancero de ausencias, título que él puso a la composición pero que nunca vio publicado. Es una poesía más intima, y pesimista anegada ya de toda esperanza.

No, no hay cárcel para el hombre.
No podrán atarme, no
este mundo de cadenas
me es pequeño y exterior.
¿Quién encierra una sonrisa?
¿Quién amuralla una voz?

Enfermo entra en el reformatorio de adultos de Alicante. Su familia era la encargada de pagar para la medicación, la situación insalubre de las cárceles y la negligencia médica a la hora de tratarle fueron desencadenantes para su muerte. El régimen, buscando la legitimidad exterior, a los presos como Miguel, los dejaba morir, cuando no los fusilaban. Antes de fallecer, lo último que hizo en vida fue casarse por la iglesia para que Josefina no quedara al descubierto y fuera reconocido su matrimonio, pues Franco ilegalizó todos aquellos que no eran eclesiásticos, y con la pena de no ver a su segundo hijo antes de fallecer, a las 5:30 de la madrugada del 28 de marzo de 1942 se apagó la llama de una de las figuras más importantes de la literatura española, ya no del XX, sino de toda la historia.

Del poeta quedó, además de su recuerdo y sus letras inmortales, un mono, una camiseta, un jersey, una camisa, un calzoncillo, una funda de almohada, una manta, servilletas, un bote, calcetines y una cazuela. Sin duda, el compromiso social, el origen humilde y el romanticismo que recubre su vida hacen que coincidamos con Juan Ramón Jiménez, quien tildó a Miguel de héroe de la guerra.

Autor: Francisco Tello Cobos

Bibliografia;

Ferris, José Luis. Miguel Hernández. Pasiones, carcel y muerte del poeta. Temas de hoy. 2002.

Gibson, Ian. Cuatro poetas en guerra. Planeta. 2008

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