miércoles, 19 de marzo de 2014

Dispárate disparate

¡Dispárate disparate!
Estaba yo en la cama haciendo guarrerías con mi novia cuando de repente, la celosa de mi perra saltó, mordió a mi novia y la pinchó. Decidí ponerle un parche para que dejara de fumar, a mi perra. Y a mi novia le hice un torniquete con una bolsa del mercadona. Até a la atea de mi perra, y a mi novia la llevé al médico. Éste me dijo que qué barbaridad. Vaya pechos tan turgentes para una muñeca hinchable. Lo del mordisco no tenía solución. Con las mismas llamé a mi amigo el arlequín funambulista. Vente para mi casa y traete algo gordo. Literal; trajo consigo un mago go gordo, que además era tartamudo, un mono con revólver y un cantaor de flamenco borracho. Mientras venían, fui en busca de una novia nueva. Más resistente a los mordiscos y con un conducto mayor para desechar los fluídos. 
El caso, llegué a casa y puse a mi novia en el tendedero para que se le quitase un poco el olor a plasticucho. Timbre. Abro y subió toda la tropa. Vamos a jugar a comer flanes de un bocado, y el que no lo haga; se encañona con el revólver y aprieta el gatillo. La ruleta rusa flaneada la llamo yo. Empezamos a jugar y el único que acabó con la sesera hecha papilla fue mi amigo el arlequín. Limpiamos los restos con espátulas y el cabrón del mono empezó a cagarse y juguetear con su mierda. Vamos no me jodas; acabamos de recoger la materia gris del arlequin y ahora se nos caga el mono... Arriquitaun, taun, taun...y el turno para el cantaor. Qué ganas de que se fueran. 
Cuando por fin se marcharon, quité del tendedero a mi nueva novia y la inflé. Me disponía a montarla cuando mi perra, la celosa del principio saltó a morderla. Pero como era más resistente... Cuando estaba acabando la faena, llegó el médico de la mano con mi anterior novia. Será hijoputa. Me he gastado el dinero y resulta que mi exnovia sí tenía solución; un parche antitabaco.

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