Este artículo se fundamenta principalmente en la II
G.M y en cómo podemos usar la obra cumbre de J.R.R Tolkien, El señor de los
anillos, para impartir una clase de historia de una forma más dinámica.
Todos conocemos de una forma más o menos íntegra la
historia de la guerra más cruenta de todas las guerras, que redujo la población
mundial en un 2% dejando tras de sí más de 50 millones de muertos. El problema
como historiadores y profesores de dicha materia es cómo hacer de este periodo
inolvidable, un aprendizaje imborrable.
Antes de entrar en materia, comentar que Tolkien,
luchó en la Primera Guerra Mundial, y la segunda la vivió como padre de dos
hijos que luchaban; uno en la RAF, y otro en Sudáfrica. Los estudiosos de la
figura de Tolkien sostienen que no existen influencias directas de la guerra en
la obra, pero yo pienso, como Ortega y Gasset, que el hombre no se entiende sin
sus circunstancias. Por esto el hilo conductor de los hechos de la II Segunda
Guerra Mundial en una línea temporal, como si de un cuento se tratara, coincide
con los sucesos de la Guerra del Anillo de la tercera Edad que narra Tolkien en
la trilogía de El señor de los anillos.
Como todos sabemos la literatura de Tolkien se caracteriza
por tener un narrador omnisciente, capaz de estar presente cuando Boromir es
asaeteado o cuando Gandalf fuma hierba en la Comarca, para ello debemos
conseguir contar la II Guerra Mundial con el mismo punto de vista, que los
alumnos sean capaces de imaginarse a un chico alemán desfilando por Austria,
como a un prisionero liberado por los aliados en el 45. Siempre poniéndose en
la piel de aquel que es protagonista del suceso.
Durante el Señor de los anillos ocurren una serie de
sucesos similares a los acontecidos en la II Guerra Mundial. Bien es cierto que
este experimento fue realizado con el visionado de ciertas escenas de las
películas, pero la intención a largo plazo es hacerlo con los libros.
Sabido
por todos es que la II Guerra Mundial tiene como una de las causas principales
la desmilitarización de toda Alemania tras el Tratado de Versalles. Casualidad
que el Señor de los anillos acabe la II Edad con la derrota de Sauron, un
personaje que reconstruyó Mordor y reinició una nueva guerra. Pero siguiendo la
trama de la II G.M nos acercamos al pacto italo-germano representado por la
unión entre Saruman y Sauron. Es en este momento en que hay que hacer un inciso
y explicar que fueron los propios alumnos quienes dedujeron esta alianza; la
pregunta se lanzó al vuelo y fue respondida con total rotundidad. No hubo
dudas.
Para continuar con nuestro recorrido hemos de
detenernos ahora en la entrada de Rusia en la guerra. Históricamente sabemos
que la ruptura del pacto germano-soviético de no agresión por parte de Hitler
unido a sus ansias expansionista condujo a la entrada a la URSS en la guerra.
Su paralelismo en la guerra del anillo lo encontramos en el ataque de los Ents
a Isengard. Como Rusia, los Ents únicamente entran en la guerra cuando sufren
la afrenta del enemigo. En el caso de la IIGM cuando Hitler comienza la
“Operación Barbarroja” y los Ents cuando ven que gran cantidad del bosque de
Fangorn ha sido talado.
Por
último la parte final de la guerra del anillo es la que más analogías guarda
con el periodo que venimos comentando. En 1943 los aliados firman en Teherán un
pacto por el que Estados Unidos intervendría militarmente en la guerra, y es
más lo haría de forma terrestre a través de Francia. Mientras tanto en el mundo
Tolkien, Pippin sube a la almenara más alta de Minas Tirith para encenderla y
que ésta sirva de petición de ayuda a Rohan. Los aliados se movilizan y por su
parte los jinetes de Rohan también. Minas Tirith está asediada, como Francia y
los aliados cargan produciéndose una batalla épica, por un lado tenemos la
batalla de los campos de Pelennor, la más épica de la literatura fantástica.
Por otro encontramos el desembarco de Normandía. Al final de estas batallas
vemos que los ejércitos invasores comienzan su retroceso y el comienzo de su
derrota.
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